En el año 2003 viaje a Nueva York por primera y única vez. Recorriendo las calles del Soho frené a mirar unos dibujos que un homeless de unos 70 años vendía en la vereda junto a una tabla con algunos discos. Al lado tenía un chango de supermercado lleno con sus ropas.

Cuando le dije que me gustaban dos de los dibujos que tenía expuestos, me contó que justo esos los había dibujado él. Ofrecí comprarlos pero no me aceptó la guita. Explicó que si me gustaron entonces me los tengo que llevar. Eso devino en una conversación que duro unos 30 minutos en la que hablamos de arte, música, y en la que mayormente él me contó de su paso por el rock y cómo se retiro para ser ahora un anarquista que vive en las calles de NY. Me habló de su banda de los 60’s que se llamaba THE FUGS y me contó de sus varios discos solistas. Entre anécdota y anécdota me alcanzaba los discos a los que hacía referencia, originales, editados, encelofanados, para que los vea.

Terminé con dos cuadros y tres discos en mis manos. Me dice que me regala todo. Una mujer vieja y gorda que lo acompañaba en un puestito vecino al de él, también precario, se pone loca y le grita que todo eso junto sumaba 100 dólares, que no me de nada. Él la manda a la mierda y me dice que me lleve todo. Obviamente yo saco plata y ofrezco pagar por lo menos por los dibujos a lo que me responde que no.

Era un tipo muy interesante, muy inteligente, barbudo, como una especie de Gandalf. Disfruté mucho ese momento junto a él. Yo me sentía en deuda total, con lo cual le propuse que yo volvería al día siguiente a alcanzarle al menos música mía. Le pregunte si siempre estaba ahí a lo que me contestó “si si si” como queriendo acabar con el tema del pago o trueque.

Para esa época no tenía nada "serio" grabado, y menos allá. Solamente contaba con unas grabaciones caseras mayormente hechas con un casiotone, la guitarra criolla y la eléctrica. Ni siquiera son canciones, son registros de películas o bandas que me gustaban en ese entonces versionadas a mi estilo.

Conseguí que un amigo me mande algunas canciones por mail y esa noche compilé lo que me parecía lo más potable, le dí un orden, tome un par de revistas que tenía a mano para hacer un collage como tapa de disco que pude fotocopiar para “pegarlo” todo junto en una librería, quemé el cd y ensamble todo en su cajita. Parecía un disco. Lo titulé “Yo Segundo” a mano y me fui para el Soho a entregarselo. Tuli (asi llamaba) no estaba, pero estaba la señora que le gritaba el día anterior. Le pregunté si ella se lo podía acercar a lo que me dijo “si si si” con cara de “no no no”. Seguro que ese disco nunca llegaría a sus manos, pero al menos sirvió de excusa para armar mi primer compilado.

Tuli Kupferberg era su nombre. Nunca había oído hablar de su banda ni de él. Esa noche me metí en una librería y encontré un libro llamado “LA HISTORIA DEL ROCK EN NY”. Se me ocurrió fijarme en el glosario si figuraba este tal Tuli. Estaba. Me leí un par de páginas que hablaban de los 60’s, de THE FUGS y de él. Todo lo que me había contado el día anterior era cierto. También leí que The Fugs era la banda que quería producir Andy Warhol antes de dar con la Velvet Underground. No se dió porque en el recital que Warhol había ido a ver para luego darles la noticia, el cantante de la banda, que le habían anticipado de las novedades, salió con una fuente llena de fideos con salsa y se lo arrojó a Warhol que se sentaba en la primer fila. El libro decía que Warhol aplaudió por el hecho artístico del rechazo en sí. Nunca se dejaron producir, por suerte, porque así fue que Warhol buscó otra banda y salió el famoso disco de la banana.